Me evades y me ignoras.
Señales inequívocas de tu indiferencia.
Aún así, perdóname por insistir,
pero te aseguro que he tratado,
quizás no mucho, y sí con poco éxito,
de transformar este sentimiento
(con la alquimia de la razón),
en algo más parecido a tu indiferencia
y menos gemelo de la ternura que me inspiran
tus ojos cargados de angustias.
Ese peso que quisiera poder ayudarte a aligerar
con mis locas ocurrencias,
mis cuotas de "soecidad" y mi falta de "tacto".
Peso que quisiera poder quitar de tus brazos
para que no ocupe el lugar
donde, algún día, me protegerás con tu abrazo.
No es fácil para ti, lo sé,
tampoco lo es para mí.
Por eso, te prometo que cada día intentaré
arrancar este amor bonito que por ti siento
aunque falle mil veces en el inútil intento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
"Cuando falta el consejo, fracasanlos planes; cuando abundaelconsejo,prosperan" Proverbios 15: 22