A un hermoso Tilonorrinco

“Y mira que apenas nos conocíamos y ya la vida urdía lo necesario

para desencontrarnos minuciosamente”

                                                                          

                                                                            Cortázar

Amo tus brazos y tu espalda

con fuerza suficiente para cargar el peso de la formalidad.

Amo tu mirada fortuita

que se cuela entre la muchedumbre,

choca con la mía

y es desviada por el poder de la vergüenza.

Amo tu sonrisa que es una poesía al mar,

mi amado mar,

llena de frases náufragas,

que no llegarán al puerto de mis labios.

Amo tu andar, pausado, resuelto y sublime

sobre esa nube de dudas, que sé, te atormentan.

Amo tu pensar en voz alta,

tu temor a equivocarte, tus frases inteligentes,

tu respirar sabio de gente que no es de tu edad.

Amo éstas y otras cosas de ti,

no me preguntes cuándo o por qué comencé a hacerlo

porque balbucear las respuestas me costará otro retazo de mi alma.